“La Sustancia” nos recuerda que la autonomía personal puede verse comprometida en una sociedad que idolatra la juventud, lo que refuerza la importancia de establecer normativas que regulen estrictamente el uso de estas tecnologías. Es necesario garantizar que el deseo de mantenerse joven no prime sobre la dignidad y los derechos fundamentales de las personas.
La bioética, como disciplina, se sitúa en la intersección entre la medicina, la ciencia y el derecho, abordando los dilemas morales que surgen con los avances tecnológicos y científicos. En el contexto actual, el cine ha sido una plataforma que nos alerta sobre los peligros de un progreso descontrolado, presentando escenarios distópicos en los que los límites éticos se desdibujan. La película “La Sustancia” es un ejemplo claro de cómo las sustancias para rejuvenecer pueden transformar radicalmente la sociedad, creando una realidad donde la búsqueda de la juventud eterna conduce a la deshumanización. Este ensayo explora cómo la bioética, el derecho y el cine pueden colaborar para prevenir que en el futuro este tipo de tecnologías desemboque en escenarios distópicos.
Para comenzar, es esencial entender que el derecho bioético desempeña un papel crucial en la protección de los derechos fundamentales relacionados con la vida, la salud y la integridad personal. El Tribunal Constitucional, en este sentido, subraya que "la salud es un derecho fundamental inseparable del derecho a la vida" (2004). Las sustancias rejuvenecedoras, aunque prometen beneficios como la prolongación de la juventud, deben ser sometidas a un riguroso escrutinio bioético que garantice el respeto a principios básicos. Si no se aplican estas normas de forma estricta, se corre el riesgo de que estos avances científicos sean explotados en detrimento del bienestar de las personas.
Asimismo, la bioética no solo regula el acceso a tratamientos médicos, sino que también es un marco de referencia para evaluar las implicaciones éticas de los avances científicos que alteran la naturaleza humana. En este contexto, es imperativo que cualquier sustancia que modifique el cuerpo humano, como las que prometen rejuvenecer, no se comercialice sin una evaluación exhaustiva que garantice su seguridad y efectividad. De esta manera, la normativa jurídica debe incorporar principios bioéticos que prevengan un uso irresponsable de estas tecnologías, evitando así que el deseo de juventud y belleza conduzca a la explotación y manipulación de las personas.
En paralelo, el cine ha demostrado ser una herramienta poderosa para exponer los riesgos de la tecnología cuando se carece de control ético. En “La Sustancia”, se retrata una sociedad que ha sucumbido a la obsesión por la juventud, creando una realidad en la que las relaciones humanas se ven afectadas profundamente. Las personas pierden su esencia, reducidas a meros cuerpos que buscan evitar el envejecimiento a toda costa. Este tipo de narrativas cinematográficas son fundamentales porque sensibilizan al público sobre los peligros que acechan en un futuro donde las fronteras éticas no son respetadas (Brewington, Hackathorn y Vélez 2022; Whiteman y Kerrigan 2023). De hecho, representaciones como esta nos permiten comprender mejor el impacto social y psicológico de una sociedad obsesionada con la juventud. Al mismo tiempo, exponen cómo el rechazo a los cuerpos envejecidos puede reforzar ideologías discriminatorias basadas en la apariencia física. El cine no solo visualiza estas posibles consecuencias, sino que también ofrece una advertencia sobre los riesgos de glorificar la juventud como el único valor social aceptable.
Por otro lado, desde una perspectiva legal, el derecho a la disposición sobre el propio cuerpo otorga a los individuos la facultad de tomar decisiones informadas sobre su salud y bienestar. Es fundamental que este derecho se respete en cualquier contexto donde se busque modificar la naturaleza física de las personas, como en el caso de las sustancias rejuvenecedoras. La bioética exige que los individuos tengan la libertad de aceptar o rechazar estos tratamientos, siempre bajo un marco de consentimiento informado que los proteja de ser explotados comercialmente.
En resumen, “La Sustancia” nos recuerda que la autonomía personal puede verse comprometida en una sociedad que idolatra la juventud, lo que refuerza la importancia de establecer normativas que regulen estrictamente el uso de estas tecnologías. Es necesario garantizar que el deseo de mantenerse joven no prime sobre la dignidad y los derechos fundamentales de las personas. La autonomía no solo debe protegerse en el ámbito legal, sino también en el cultural, fomentando una visión más equilibrada y respetuosa de la vejez y del envejecimiento. Finalmente, podemos concluir que la bioética, el derecho y el cine juegan un papel esencial en la prevención de futuros distópicos donde la ciencia, sin una regulación adecuada, podría generar consecuencias desastrosas. Las representaciones cinematográficas de futuros distópicos, como el que plantea “La Sustancia”, son una clara advertencia sobre los riesgos de desarrollar tecnologías sin considerar las implicaciones éticas. Por ello, es crucial que la bioética y el derecho trabajen de la mano para garantizar que los avances científicos se utilicen de manera responsable, siempre en beneficio de la humanidad y evitando, así, la creación de escenarios distópicos.
Bibliografía:
BREWINGTON, Morgan, Jana HACKATHORN y Alex VÉLEZ
2022 “Sexism, actually? Analysis of ambivalent sexism in popular movies”. Sexuality & Culture. Murray, volumen XXVI, número 5, pp. 1541-1560.
https://doi-org.ezproxybib.pucp.edu.pe/10.1007/s12119-022-09958-6
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
2004 Expediente N° 2016-2004-AA/TC. Sentencia: 5 de octubre.
https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2005/02016-2004-AA.pdf
WHITEMAN, Julie y Finola KERRIGAN
2023 “Film and the stigmatisation of ageing female sexuality: consumer commentary of Good Luck to You, Leo Grande”. Journal of Marketing Management. Birmingham, pp. 1-26.
https://www-tandfonline-com.ezproxybib.pucp.edu.pe/doi/full/10.1080/0267257X.2024.2383237